LOADING

«Xarxa»

Acariciados por la temprana luz del nuevo día, esperan pacientes aquellos que han de ver regresar a tierra firme a los pescadores que lentamente se aproximan a la orilla portando en sus redes el fruto atrapado del mar.

Es el momento de embarcarse a tierra, un último empujón para dar el descanso diurno a la barca sobre la arena.
Parece que en este lapso de tiempo, mientras el sol sigue a su ritmo el raíl para tocar campana en su zenit, se rompe el silencio en la orilla.

Se abren las cajas con las capturas más preciosas y se repasan las redes repletas de inocentes.
Aparecen balanzas, billetes, bolsas, manos que señalan, cuchillos, voces que se conocen…, mientras el mar pierde su temprana calma y la sangre de un rape se diluye en el azul salado.